Breve nota innecesaria a propósito de un ensayo que nunca se escribió
En repetidas ocasiones traté de escribir un ensayo sobre la representación de las clases populares en distintas manifestaciones linguísticas en Guatemala entre 2004 y 2010, se puso de moda escribir sobre aquello que las ciencias sociales llamarían cultura popular, y entre campañas publicitarias, fiestas cumbieras, aguardientes tradicionalmente obreros popularizados por exóticas mezclas que se venían haciendo en las cantinas desde hace muchos años atrás, muchas manifestaciones artísticas terminaron haciendo eco de esta moda, tema de temporada. Digo moda porque es fácil encontrar un largo listado de productos culturales que siguieron esta línea, pero es prácticamente imposible encontrar verdaderos ejercicios de reflexión, análisis u opinión seria sobre el tema, razón por la que no hablo de revisión sino de moda. En fin, pienso que en muchos casos esta moda replicó discursos profundamente clasistas y racistas sin haberlo llevado a un espacio consciente, reproducción pura, dura e ingenua, a pesar de ello el registro de este momento resulta fundamental para entendernos. Pienso que el caso Tortrix (marca guatemalteca de frituras pionera del uso de los referentes populares para el posicionamiento de su marca) es un caso emblemático de cómo se puede transformar el imaginario de un país en menos de 10 años, incluyendo nuevos signos, nuevas referencias y lograr profundas transformaciones semánticas en el imaginario de una nación, personalmente no estoy en desacuerdo con muchos de los signos que esta marca introdujo en sus campañas, pero considero que es El Caso emblemático para demostrar la capacidad del lenguaje para generar grandes transformaciones, sea este comentario una provocación para algún responsable académico que quiera profundizar en esa línea, y este libro mi personal registro de aquellos días en los que pensamos que la cumbia podría salvar al pueblo y terminamos comprando otro producto más del supermercado postapocalíptico.